Charla Dominical
El testigo sólo habla de lo que ha visto y oído. Seamos testigos del Señor
Vayamos a compartir el amor que hemos recibido
Queridos amigos, hoy el Señor nos invita a renovar toda nuestra vida con la plena confianza en Jesús, quien con su presencia nos fortalece y nos envía para que seamos testigos creíbles de su persona.
El Evangelio de hoy (Lc. 24, 35-48) nos narra lo que sucedió con los discípulos de Emaús una vez que Jesús estando ya en casa, al partir el pan, les abre la mente que estaba embotada y confundida. Ellos corren a donde estaban reunidos los apóstoles y les comunicaron lo que había sucedido. Estando todos reunidos, Jesús se los vuelve aparecer y les dice claramente acerca de todo lo que vivieron con Él: “Ustedes son testigos de esto”
El testigo es el que ha visto lo que ha sucedido, es el que ha experimentado de hecho y lo narra y lo cuenta. En esto descubrimos cuál es la tarea de toda la Iglesia: ser ese testimonio de que Jesús está vivo. Pero para poder dar este testimonio, debemos primero experimentar a Jesús de una manera profunda y personal.
No se puede ser testigo de teorías aprendidas de memoria, sino de una experiencia viva y personal. Esta experiencia la podremos encontrar a través de la oración y los Sacramentos.La mente de los discípulos se despojó hasta en la fracción del pan… de allí la importancia de acudir a la gracia, la cual nos desbloquea, nos da luz, nos hace experimentar a ese Cristo vivo y resucitado, para que así podamos llegar a ser TESTIGOS.
Sólo en la vivencia de la Eucaristía podemos experimentar más vivamente esa presencia real del Señor. En la Eucaristía es donde ellos sanan sus heridas y donde le encuentran sentido al Plan de Dios.
Hoy también la 1 Carta del Apóstol Juan nos habla de este mismo, ya que nos dice: “En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: En que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: “Yo lo conozco, pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él”.
Sólo lograremos ser testigos de Cristo hasta que lo experimentemos, esto también se verá reflejado en nuestra forma coherente de vivir conforme a los mandamientos del Señor.
Recapitulando, recuerda estas 3 cosas:
1.- Somos llamados a ser TESTIGOS DEL SEÑOR
2.-Para ser testigos hace falta una experiencia personal
3.-Ese testimonio será creíble en la medida que se viva y se cumpla conforme a los mandamientos.